Llevaba varios días esperando la oportunidad de fotografiar a una abubilla. Es bastante común en nuestros montes y la he visto muchas veces pero, siempre que las cosas se buscan, parece que es cuando más resisten. Este fin de semana tuve oportunidad de fotografiarla posada en la rama de un pino. Es muy habitual verla caminando por el suelo pero, por esta vez, la fotografié en altura.

La abubilla (Upupa epops), «bubela» en gallego, haciendo sin duda referencia a su voz con ese «bu,bu…» característico…me parece un ave preciosa aunque quien se topa con uno de sus nidos e incluso con el mismo ave de cerca dice siempre que huele mal. Habrá que admirarla más que olerla…

Aprovecha huecos de los árboles, grietas, montones de piedras…para hacer sus nidos. Estos, como he dicho,  huelen mal porque aunque las abubillas los limpian, al final de la cría suelen estar bastante saturados de materia en descomposición. Además, la abubilla tiene una defensa que no todo el mundo conoce que consiste en la expulsión de un chorro de líquido oleoso cuando se asusta, de olor nauseabundo.

Tanto el olor de sus nidos como del líquido expulsado es una magnífica defensa contra sus depredadores.

La abubilla se alimenta entre otras cosas de insectos y larvas siendo un enemigo natural de la procesionaria del pino.

                                                  

¡Preciosa!