Las “eiras” han sido durante siglos lugar de vida y reunión en Galicia. En ellas se trabajaba duro cuando todavía se golpeaban los cereales hasta separar el grano de la paja, también allí se separaban las castañas de sus erizos o se dejaban a secar las legumbres…Algunas aún se utilizan para estos menesteres. Todavía queda algo de aquella Galicia. Muchas eran y son comunes a toda una aldea y estas actividades, que se realizaban de modo comunal, las llenaban de vida y cantares que disfrazaban la lucha por la supervivencia, el trabajo duro del campo que daba sus frutos y había que preparar y guardar con mimo para el resto del año. Las “eiras” eran y son, además, lugar de encuentro entre vecinos y amigos. Lugar de bailes, tertulias, juegos, enamoramientos y de todo tipo de aprendizajes.
Conozco una “eira” de piedra eterna y gris, rodeada de hórreos. Allí han quedado guardados recuerdos de mi niñez y adolescencia. En aquel lugar mágico he compartido momentos inolvidables con mis amigos, he reflexionado sobre muchas cosas viendo puestas de sol maravillosas sobre los campos, he reído, llorado y amado. Está en una preciosa aldea de Galicia (España) llamada Lampai y también en mi corazón.
Os invito a que este blog, esta Eira de piedra virtual sea, al igual que aquella, lugar de encuentro para todos.