«San Antolín acabouse
a Cecos vai de rondón
con Lagüeiro no me meto
viva la casa de Ron»
Lagüeiro (Ibias- Asturias), no es sólo su palacio pero es bien cierto que éste lo domina todo con su presencia. Es fácil deducir que ha cambiado mucho desde su construcción en el medievo pero los edificios que lo conforman todavía presumen de su linaje y poderío.
Su fachada principal está caleada y forma un conjunto bastanta armónico. El edificio de la izquierda es la antigua capilla, hoy garaje, la puerta principal está blasonada con un original escudo de madera, y, entre ambas, todavía se adivinan las antiguas almenas.
La fachada principal continúa en su camino hacia los prados circundantes y hacia el pueblo de Cadagayoso, en lo alto del valle.
Una de sus almenas…
El escudo sobre la puerta principal, realizado en madera, sólo deja adivinar un personaje con yelmo y unos llamativos labios, y una especie de torre.
La Casa de los Ron existía ya a principios del siglo XI y llegó a tener uno de los señoríos más grandes de Ibias. Tuvo gran número de vasallos y cuando hacía levas para ir a la guerra no todos los llamados cabían en el castillo por lo que tenían que acampar en lugares aledaños y eran convocados mediante el sonido de un gran cuerno que se hizo característico de la casa. En el siglo XVII empezó a acusar su decadencia.
La parte posterior de la casa es una auténtica maravilla…
Desde ella se domina todo el valle y el pueblo de Cecos asentado a ambas orillas del río Ibias.
Un lujo conservado de arquitectura palaciega tradicional.
Mas, como decía, existen otros elementos de gran interés en Lagüeiro. Además de la amabilidad de sus gentes, se encuentran unos maravillosos hórreos teitados al estilo «paleta o facha», decorados con motivos geométricos para su ventilación, como este precioso tetrasquel.
Un conjunto que hace que bien valga la pena su visita con detenimiento. Una joya más del concejo de Ibias.
Quiero dedicar esta entrada especialmente a Mar Mondragón, que viaja siempre conmigo a través del blog. Espero que haya valido la pena la espera…