Todos los que me conocéis sabéis que adoro el mar que me vio nacer y también el campo y la montaña. Este sábado el sol pudo con las nubes y nos regaló una preciosa tarde para pasear por aldeas y «corredoiras». No podía desperdiciarlo y me adentré por los caminos llenos de barro que las lluvias y nieves dejaron como huella. Mis botas sufrieron las consecuencias aunque nada que no se pudiera solucionar con una buena limpieza y mi mente, mi alma, mi ser…también. Me llené en positivo de aire puro, disfruté caminos solitarios en la belleza del invierno, pude tomar unas bonitas fotografías y sentir que estoy viva.

Molino de O Cornán en Carballal do Courel
«Molino que estás moliendo el trigo con tanto afán, tú estás haciendo la harina y otros te comen el pan». Juan Vázquez do Carballal Carballal sufrió en sus propias carnes